La semana pasada tenía lugar el acontecimiento más importante de moda en España: la Mercedes Benz Fashion Week. Paralelamente, la quinta edición de Madrid es Moda, evento impulsado por la Asociación Creadores de Moda en España (ACME), se celebraba hasta hace un par días. Sin embargo, lo que poca gente sabe es que, por primera vez, uno de esos días se dedicó en exclusiva a mostrar diferentes puntos de vista sobre esta industria pero todos con algo en común: la sostenibilidad.

¿Qué es la moda sostenible? Según explica The Circular Project, grupo organizador de esta jornada, el concepto se basa en un modelo industrial “más respetuoso con las personas y el entorno”, además de uno que fomente “un comercio justo, sostenible y ecológico”.
La biblioteca Eugenio Trías fue elegida como espacio de reunión para todos los asistentes de Madrid es Moda Sostenible. El día se dividió en dos partes para representar al mayor número de voces posibles bajo el lema de la sostenibilidad y el estilo de vida slow.
Por la mañana el evento contó con la participación de la Asociación de Moda Sostenible de Madrid, SANNAS, Economía del Bien Común y CISNE (Centro de Innovación Social y Nueva economía), junto a The Circular Project, que se centró en el «poder transformador de la moda» y cómo la innovación social será posible a través de ella, ya que su industria abarca muchos sectores. El broche a la reunión matutina vino con la intervención de Mariel Jumpa, fundadora de la organización sueca Slow Fashion World, que lleva años enfocando la moda hacia el consumo ético a nivel internacional. Según concluyó, el ritmo del cambio es lento pero avanza.

La tarde fue más práctica y quizá más educativa para aquellos que querían entender de forma visual qué es ser sostenible, comprobar que hay muchas maneras de serlo y que es fácil incluir esas ideas a su rutina. Varias mujeres emprendedoras mostraron sus proyectos que abarcaban desde el concepto de Patronaje Cero (o zero waste) del taller de Anastasia Nash, donde cada pedazo de tela se aprovecha para «consumir menos, generar menos residuos y a la vez necesitar menos trabajo»; pasando por el trabajo artesanal del fieltro con Fancy Sheep; hasta llegar al proyecto upcyclick, que pretende alargar todo lo posible la vida útil de la ropa a través del intercambio y la personalización de prendas de segunda mano. Porque, como bien comentaron, «no hay ropa más sostenible que la que ya existe».

También se pudo disfrutar de un pedacito del taller artesano textil que Teresa Gutierrez tiene en Arteixo, Galicia. Con su empresa sostenible Claudina Romero, nombrada en honor a su abuela, Teresa ejemplifica su «forma de entender la vida», más allá de la moda. Su participación fue muy valorada por la dosis de realismo que trajo al comentar la dificultad de vivir de este tipo de productos. El trabajo artesano tiene un esfuerzo, tiempo y valor que se refleja en el precio; por su parte, los consumidores acaban eligiendo otras opciones más baratas (y sin reflexionar sobre ello). Debido a esta situación, su empresa busca «visibilizar los procesos y oficios textiles para devolver el valor a las prendas«. Cuando se muestra lo positivo, la calidad y el trabajo que hay detrás, puede que la gente cambie de idea.

Sin duda hay un gran campo de investigación detrás de las tendencias actuales de consumo y, por suerte, también encontramos un número cada vez más alto de acciones que pretenden frenar esta situación y a la industria tal y como la conocemos en estos momentos. Reducir el consumo, reutilizar, intercambiar ropa con amigos o decantarse por la ropa usada son también pequeños cambios que nos dirigen al lado opuesto del consumismo. Si además se inculca estos conceptos a los niños, el futuro sostenible es posible. «Formación, educación y divulgación» son los pasos a seguir.
¿Tienes alguna marca sostenible y ética que te guste? ¡Cuéntanos!
Fotos y texto: Ana Fernández